Un amigo que hace alarde de escepticismo inteligente me dice: “Se afirma que los políticos están polarizados, y en realidad lo están, porque andan siempre con los vidrios en negro, y por eso les cuesta tanto ver hacia afuera, hacia la realidad”.
No me atrevo a endosar enteramente tal afirmación, pero sin duda lo que se ha dado en llamar polarización no es un hecho del ambiente, sino más bien de los sectores que están inmersos en la batalla política y sobre todo electoral.
¿De qué deriva tal situación? Pues de seguro de no haber hecho aún la necesaria renovación de imágenes. Muchas de las imágenes del pasado aún determinan las actitudes y las posiciones de los políticos. Unos se creen el poder y otros se creen el contrapoder.
Nada de esto es congruente con las posibilidades reales y funcionales que se dan dentro de la democracia. Habría que transparentar los vidrios en los vehículos conductores. Bueno, es lo que diría mi amigo.
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